lunes, 5 de noviembre de 2012

¡Tan sólo, Amour!

"Amour" llegó al festival, como otra pieza bien pulida dentro de la filmografía del renombrado cineasta austriaco  Michael Haneke. Galardonada con la Palma de Oro de Cannes, fue invitada a proyectarse a lo largo del Festival de Cine Europeo de Sevilla, en tres sesiones repartidas entres las diferentes salas.

Pero fue la sesión del Lope de Vega, aquella en la que el Festival volvió a demostrar sus luces y sombras. Michael Haneke puso el corazón en un puño a un público que sabiendo de su retorcido dramatismo, acudió sin demora para poder ver la obra que está emocionando a toda Europa.

El Lope de Vega, de forma sorprendente, acogió un estreno de tamaña importancia, el domingo 5 de noviembre, rehusando la grandilocuencia y la visual elegancia de otros años, al cerrar sus puertas del Hall principal, y redirigir al público hacia una de las puertas laterales. Íntima invitación  a ver una película no menos personal, repleta de emociones y preocupaciones humanas.
Pero cuanto más avanzaba la hora de la proyección más se dejaba sentir que el silencio y la oscuridad, dejaban de ser un artificio con que se bautizaba dicho evento, para constatarse como efecto directo de una dirección tan nefasta como ridícula, en la cual las galas, sólo aparecen en los programas de mano a la hora de buscar la proyección del teatro, y no dentro del mismo.

El hilo musical fueron las pisadas, la tos y el polvo que llenaban el teatro. Como si de un gran funeral se tratase, el escenario no puso sobre aviso a los espectadores con alguna presentación acerca del metraje, ni acercó a ningún integrante del elenco que la interpretaba. 

Las colas de espectadores entraron y salieron en silencio. Comenzó a la hora estipulada, sin demora, y terminó en esa sórdida sorna en que acaba convirtiéndose toda aquella gran fiesta en la que los asistentes indiferentes al acto en sí, apuestan por tomar tierra de por medio. Nefasto, es quizás la palabra, para un momento clave de un festival, que acrecentando una falta sustancial de medios, fue dispuesto a párpados cerrados, impidiendo que nadie se envolviera por esa magia que rodea a este tipo de espectáculos, en los que como en la misma época victoriana, todo brillaba, apartando del ojo inocente la duda sobre que escondía tanto glamour.

"Amour", teatro en estado puro. Demente y salvaje puesta en escena de elementos humanos, consiguió lo que se esperaba, helar la sangre del más cinéfilo. Pero el silencio final, sin aplauso, pero sí con con presta huida de la sala, condicionó que el resultado agridulce de la cinta en el Festival pase sin reconocimiento, logrando de forma sorprendente, que ese show que debía continuar, entre ovaciones o quejas, se esfumase bajo una lluvia, que quizás amargó anecdóticamente, en las colas de espera, las ilusiones de quienes acudían buscando algo más que cine a bajo precio, bajo techo, a simple esencia.

(Imágen del cartel de la película "Amour", presentada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla)

WEBhttp://festivalcinesevilla.eu/

Trailer de "Amour":


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